D. 1º Cuaresma. La tentaciones de Jesús
Domingo 14 de febrero de 2016
El pasado miércoles empezó la Cuaresma con la imposición de la ceniza. Seguramente escuchamos las palabras “convertíos y creed en el Evangelio”. Y un programa de Cuaresma que no se basa en el éxito de las obras de penitencia, sino en ser realmente creyentes: creer en el Evangelio, elegir el camino de Jesús, el único que lleva a la vida. Un camino que, guiados por los valores de Jesús, nos invitará durante toda la Cuaresma a la conversión sincera y a creer en Él.
La Cuaresma nos recuerda “cuarenta días” de camino hasta llegar a la Pascua: para experimentar la proximidad de Dios y así ser capaces de estar cerca de los hermanos; no siendo indiferentes nos dice el Papa Francisco; con oración, cercanía y solidaridad con todos.
Hoy se nos presenta brevemente los cuarenta días de Jesús en el desierto y las tentaciones. Jesús, en las tentaciones, de las que sale vencedor, nos enseña el camino: no poner a Dios a nuestro servicio; no usar medios que no son del Dios vivo; no provocar su bondad o su omnipotencia, sino dirigirnos a él con toda confianza.
Las tentaciones no han acabado, continúan también hoy y bien seductoras. Nosotros también seremos tentados como Jesús. Las tentaciones siempre suelen venir disfrazadas y con otros nombres. Me atrevo a indicar algunas modernas tentaciones: del indiferentismo: me da lo mismo, todo vale. De la moda: se lleva. Del conformismo: resignado, acomodado. Consumismo: consumir, tener, dominar cosas y personas. Usar y tirar: nada es absoluto y para siempre, es caduco. Agnosticismo: ¿dónde está Dios; para qué sirve Dios? Desencanto: para qué luchar, nada merece la pena. Las tentaciones tratan de desviarnos del Proyecto de Dios. ¿Qué actitud tienes ante ellas? Yo, tú estamos llamados a vivir como hijos de Dios, pongámonos en sus manos conducidos por el Espíritu Santo, como Jesús y sigamos su proyecto.
Hoy es el domingo de la campaña con tra el Hambre en el Mundo. Tengamos una mirada de amor y misericordia.
Oración:
Sólo asido a ti, puedo seguir caminando hacia la vida
Gracias, Jesús, porque con tu lucha
contra las tentaciones del diablo
nos has dado ejemplo y fuerza
contra las tentaciones, tan reales, de cada día.
Tú no quisiste venderte el alma
por la satisfacción de tu apetito,
y nosotros nos creamos tantas necesidades
artificiosas, siempre insatisfechos,
mientras hay hermanos nuestros
que no tienen cubiertas las necesidades
de supervivencia y de una vida digna,
y mientras el planeta va agotando
sus recursos y su capacidad
de regeneración.
Tú no te dejaste seducir por el poder
y la soberbia, que mueven a ver a los demás
como unos rivales a someter
o unos súbditos a explotar,
y nos anulan la capacidad de ser hermanos.
Tú no quisiste hacer de Dios
una especie de guardaespaldas
protector contra toda desgracia.
Ayúdame a levantarme cada vez que caigo,
porque sólo asido a ti,
puedo seguir caminando hacia la vida.
"La Misa de cada día", de la Editorial Claret