Domingo 5º Tiempo ordinario
Sábado 8 de febrero de 2014
Hoy la Palabra de Jesús en el evangelio nos ha de llenar al mismo tiempo de alegría y de exigencia. Porque Jesús dirá que nosotros, sus discípulos, somos la sal y la luz del mundo. Eso significa que se fía de nosotros para continuar su obra en el mundo, y al mismo tiempo significa que debemos responder a esta confianza que él deposita en nosotros.
En este domingo en el que, unidos a todos los cristianos del mundo, recordamos llenos de gozo la resurrección del Señor, tomamos más conciencia de la tarea solidaria de los cristianos a través de la Jornada Nacional de Manos Unidas que hoy celebramos en la Iglesia, cuyo lema es UN MUNDO NUEVO, PROYECTO COMÚN.
ORACIÓN: Queremos vivir guiados por tu luz
Señor Jesús, cuando escucho tu palabra
que nos dice que debemos ser sal y luz,
lo primero que pienso es que exageras
o que nos das una responsabilidad
que yo jamás cumpliré totalmente.
Reflexionando más, me doy cuenta
de que, con estas palabras, muestras
con qué dignidad me tratas,
porque me invitas a ser y actuar como tú,
nos consideras a todos como hermanos
y compartes con nosotros la misión
que recibiste de tu Padre y nuestro Padre.
Estas palabras me invitan también
a agradecer por las personas que,
a lo largo de los siglos, han sido y son aún
sal, luz y punto de referencia
para cuantos buscamos el sentido de la vida.
Tú, Señor Jesús, y tu madre María
presidís esta lista familiar.
Por eso hoy te pido
que no tengamos miedo de manifestar
la alegría de ser tus seguidores
y de querer vivir guiados por tu luz.
Ayudando a las personas a encontrarte a ti
y a descubrir la belleza de tener un Padre.
Haznos ver nuestros errores
cada vez que nos separamos de tu camino
y no somos totalmente fieles a tu Evangelio.
"La Misa de cada día", de la Editorial Claret