Tenemos que saber que el Evangelio está escrito después de los acontecimientos pascuales. Y desde aquí se nos presentan los textos de estos domingos de Pascua. El domingo anterior decíamos que Jesús era el Buen Pastor. Escuchamos hoy una de las revelaciones más profundas sobre la identidad de Jesús: Él es “el camino, la verdad y la vida” y el que nos permite llegar al Padre. Llegar al Padre es compartir con Jesús la condición de hijos e hijas. Y, a cuantos creemos en él, nos invita a vivir en la serenidad, la confianza y haciendo las obras que él hace. Una de ellas es la construcción continua de la comunión familiar dentro de la Iglesia.
La comunión fraterna se construye dejando que el Espíritu habite en nosotros y tomando conciencia que somos templo de Dios. ¡Ojalá! en la vida de cada día, con sus éxitos y fracasos, siguiendo el camino de Jesús, y con su ayuda, sepamos encontrar caminos nuevos de respuesta siendo responsables.Seamos piedras vivas que construyen el Reino de Dios.

Oración: Ser cada día tus testigos

Señor Jesús, estamos convencidos de que
miras a la Iglesia con gran amor,
tal como mirabas al grupo de los apóstoles
y como tú mismo te sabías amado por el Padre.

Que este amor tuyo nos dé confianza
y, con la participación de todos los creyentes,
sepamos encontrar los caminos adecuados
para ser cada día tus testigos,
para seguir haciendo tus obras
buscando el bien de la humanidad.

Que creamos de veras
que cada uno de nosotros es
una piedra espiritual y viva,
necesaria para construir la comunidad
en comunión contigo, la piedra angular.

Que la confianza que depositas en nosotros
haga crecer el amor y la fraternidad
que debe reinar en el interior de la comunidad
y entre todas las personas,
para que nadie sea excluido o despreciado
y todos nos sintamos responsables
porque somos miembros del mismo Cuerpo.

Que tu Iglesia, fiel a su misión,
haga nacer en todas partes brotes de esperanza
como en una nueva y perpetua
primavera del Espíritu.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret..