En este domingo la liturgia de la Palabra nos invita a hacernos un planteamiento en nuestra vida cristiana. La 1ª lectura nos presenta el camino de la vida y el de la muerte. Cada uno elige. El Evangelio se expresa así: se dijo: Ley antigua. Pero yo os digo: Ley nueva. Pablo nos distingue: la sabiduría del mundo, y la Sabiduría de Dios. Esta es la suya y debe ser la nuestra. El Salmo es una proclamación de la Sabiduría de Dios sobre nosotros.
a) 1ª Lectura. He puesto ante ti, dice Dios, agua y fuego, alarga la mano a lo que tú quieras. Ante ti he puesto la vida y la muerte, elige, alarga el corazón a lo que tú quieras. Te he hecho libre y puedes elegir el bien o el mal. Sé responsable...
b) El relato del Evangelio está en el contexto de las bienaventuranzas, en orden a alcanzar la plenitud de la riqueza de Dios y la verdadera felicidad......

Oración: La ley en el corazón hace que nunca me quede perdido

Gracias, Señor, porque me has inscrito la ley
en el corazón, porque tus mandamientos
son dulces y sencillos, sin legalismos
ni letra pequeña.

Gracias porque tu ley es exigente
y no permite que me quede satisfecho
y orgulloso de ser justo ante ti.
Siempre queda un paso por dar,
un vicio que corregir,
una incoherencia a enmendar,
un egoísmo que dominar.

Gracias porque la ley en el corazón
hace que nunca me quede perdido.
Sí, la vida a menudo es complicada
i a veces me siento perplejo,
pero si miro dentro de mí,
y me pregunto qué esperas de mí,
siempre brota lo mejor de mí mismo,
que es lo que tú has puesto.

Gracias, porque, a pesar de tropiezos y caídas,
tu Espíritu de amor, de vida y de perdón
siempre me da fuerza para seguir,
en la esperanza de participar un día
de tu Reino.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret..