Lucas es el evangelio que estamos leyendo este año litúrgico.
La Liturgia de hoy nos recuerda la importancia de la Palabra de Dios en la vida del Pueblo de Dios. El texto muestra la importancia que la Palabra de Dios debe asumir en la vida de una comunidad.
 Toda la comunidad está convocada a escuchar la Palabra.
 El lugar de la lectura está cuidadosamente preparado.
 El Libro es acogido de pie, de forma solemne y respetuosa.
 La Palabra es aclamada por la asamblea, y proclamada claramente y explicada en un lenguaje comprensible a todos.
 La Palabra interpela y provoca en el pueblo una actitud de conversión.
 Todo termina en una fiesta: la Palabra produce alegría y fiesta. Comida. Comunión.
En el Evangelio, Cristo proclama
y actualiza la PALABRA DE DIOS,
en una reunión de sábado, en la sinagoga de Nazaret. Este pasaje es como un evangelio en miniatura. Están presentes todos los grandes temas que se irán repitiendo en la vida de Jesús y en la de sus seguidores: el anuncio de la Buena Noticia a los más desfavorecidos, la presencia del Espíritu, la acogida, la resistencia y el rechazo, la victoria final.
El programa de lo que Jesús va a realizar en su vida ha quedado claro. Es lo mismo que se nos pide a nosotros, sus discípulos. Si él ha venido a liberar y a ofrecer su existencia más digna, esa es también nuestra misión. Si Jesús actuó desde la misericordia, esa debe ser también nuestra opción. La llamada de Jesús sigue viva hoy. Gracias a todos los que colaboran en la parroquia en algunos de los grupos ¿En qué grupo parroquial puedes colaborar tú? Hoy es la Jornada de la Infancia Misionera. El lema dice: “GRACIAS”. Gracias por ser amigo de Jesús. Gracias por ser misionero. Hoy se nos invita también a vivir la unidad de todas las iglesias: la misma fe en Jesucristo. El mismo Cuerpo.