El segundo domingo de Pascua también es llamado de la Divina Misericordia. Ocho días después de la Resurrección del Señor, él mismo se hace presente otra vez entre nosotros y nos da su paz y su espíritu. Una presencia que nos llena de alegría y nos consolida en la fe. La convicción de que Jesús vive entre nosotros crea comunidades como la que nos describe el libro de los Hechos. Con un proyecto de fraternidad, reconciliación, oración, solidaridad…. Viviendo así, la comunidad da testimonio de que es posible un mundo al estilo de Jesús. Gracias por pertenecer a la comunidad creyente donde Jesús resucitado es el mayor signo del amor misericordioso de Dios.
Hoy en comunión con Roma donde está teniendo lugar la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, papas tan recordados y queridos. Ellos intercedan por nosotros y por toda la Iglesia.

Oración: Estás presente entre nosotros

Jesús, Señor Resucitado, te damos gracias
porque la celebración pascual nos dice
que tu vida ha valido la pena;
que no se ha perdido nada de la bondad y el amor
que sembraste entre nosotros;
que el amor con que tú y el Padre amáis
es eterno y nada podrá sofocarlo.

Te damos gracias porque estás presente
entre nosotros, aunque a veces
nos domine el miedo o nos hiera la duda.

Tu presencia siempre anima
a vivir con aquella generosidad y entusiasmo
de las primeras comunidades cristianas
porque nos recuerdas que tu Espíritu
ha sido derramado en nuestros corazones
y no cesas de enviar a toda la comunidad
a ser tus testigos, portadores
de paz, reconciliación y esperanza.

Haznos sentir, Señor Jesús,
aquella alegría profunda de los discípulos
cuando decían: “¡Hemos visto al Señor!”

Haznos vivir la felicidad que tú aseguras
a cuantos se arriesgan a creer
sin haberte visto.
Que la confianza que ponemos en ti
sea, para nosotros y para aquellos
con quien convivimos y nos relacionamos,
fuente de vida y de esperanza.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret..