Celebramos el 25 Domingo del tiempo ordinario. El profeta Amós (1ª Lectura), se dirige a los que movidos por el insaciable afán del dinero, explotan a los pobres para enriquecerse, violando la justicia social, sin importarles para ello usar el fraude y el engaño. Esto es una ofensa grave a Dios que lo ve todo…
Jesús, en el Evangelio, nos habla de un administrador que, en lugar de ser fiel servidor de su amo, le derrochaba sus bienes. El administrador le pide las cuentas.
En uno y otro caso se pide responsabilidad. Se nos ha dado la libertad, no para hacer nuestros deseos y caprichos. Se nos ha dado la voluntad, no ........

Oración evangélica:

Que mi corazón no se aferre a los ídolos del poder y del tener

Señor, no dejes que mi corazón
se aferre a los ídolos del poder y del tener.
Amarte a ti con todo el corazón
no me aparta de reconocer y de gozar
la bondad de todo lo que has creado,
pero me libera del ansia,
de la avaricia, de la ambición,
del miedo de no tener nunca bastante.

Amarte con todo el corazón
me abre el gozo de compartir,
de dar y recibir sin rebozo
los bienes que has puesto a nuestra disposición
según las necesidades de cada uno.

Entonces el mundo deja de ser
un campo de batalla
de las multinacionales del egoísmo
y empieza a asemejarse a una gran familia,
a aquel paraíso original.
Entonces el dinero
deja de ser un arma peligrosa
y se convierte en un instrumento muy útil
al servicio del bienestar universal.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret