
Este domingo celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad, el gran misterio del Dios único en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las lecturas nos invitan a contemplar cómo Dios se ha revelado a lo largo de la historia. En el libro de los Proverbios, la Sabiduría —imagen de Cristo— estaba con Dios desde antes de la creación. El salmo nos ayuda a alabar la grandeza del Señor, que ha hecho maravillas en el universo. San Pablo, en su carta a los Romanos, nos recuerda que el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo. Y en el evangelio, Jesús nos muestra la profunda unidad entre Él, el Padre y el Espíritu. Que esta celebración renueve en nosotros la fe en el Dios Trinitario, que vive en comunión y nos llama a vivir en el amor, la unidad y la paz.