
En este III Domingo de Pascua, la Palabra de Dios nos invita a renovar nuestra fe en el Señor Resucitado que camina con nosotros. En los Hechos de los Apóstoles, vemos a los discípulos valientes, dando testimonio de Jesús con la fuerza del Espíritu Santo, a pesar de las dificultades. El salmo nos recuerda que Dios nos libra del mal y transforma nuestro llanto en alegría. En el Apocalipsis, contemplamos la gloria del Cordero, Jesús, que con su sacrificio ha vencido y merece todo honor. Y en el Evangelio, Jesús resucitado se manifiesta a sus discípulos junto al lago, compartiendo con ellos el pan y el pescado. Es un encuentro lleno de ternura, que renueva la esperanza y la misión. Hoy, también nosotros somos llamados a reconocer a Jesús presente en nuestra vida y a ser testigos de su amor. Que estas lecturas nos animen a vivir con alegría el tiempo pascual.