
Con el Primer Domingo de Adviento iniciamos un nuevo año litúrgico y un tiempo de esperanza y preparación. La Palabra de Dios nos invita a levantar la mirada y a caminar hacia el encuentro con el Señor. El profeta Isaías nos anuncia un futuro de paz, donde Dios reúne a todos los pueblos y nos llama a vivir según su luz. El salmo expresa la alegría de quienes desean acercarse a la casa del Señor, dispuestos a caminar en su presencia. San Pablo, en la carta a los Romanos, nos exhorta a despertar del sueño y a vivir como hijos de la luz, porque la salvación está cada vez más cerca. En el Evangelio, Jesús nos pide estar atentos y preparados, vigilantes en la fe y en el amor, esperando su venida. El Adviento es un tiempo para renovar el corazón, fortalecer la esperanza y prepararnos para recibir a Cristo que viene.
