
Las lecturas de este domingo nos hablan del fruto del amor cristiano y de la esperanza que brota del encuentro con Dios. En los Hechos, Pablo y Bernabé regresan a animar a las comunidades, compartiendo las maravillas que Dios ha obrado por medio de ellos. El salmo nos invita a alabar a Dios, nuestro Rey, por su grandeza y ternura. En el Apocalipsis, se nos revela la promesa de una creación nueva, donde no habrá más dolor ni llanto, porque Dios mismo habitará con su pueblo. Y el Evangelio de Juan nos deja el corazón del mensaje cristiano: el mandamiento nuevo del amor fraterno, signo visible de que somos verdaderamente discípulos de Jesús.